¿Se siente nervioso los días de fuerte viento? ¿Le duelen las articulaciones cuando hay mucha humedad? ¿Le duele la cabeza cuando se cubre el cielo? Somos muchos quienes, en mayor o menor medida, notamos algunas molestias o dolor cuando cambia el tiempo. A nuestro cuerpo le afectan los cambios en el tiempo meteorológico y esto se llama meteorosensibilidad.

Las personas meteorosensibles son las que tienen cierta sensibilidad a los cambios de alguna variable meteorológica como la humedad, la temperatura, la presión atmosférica o el viento. A esos factores, también hay que añadir las consecuencias permanentes de la contaminación. Se estima que entre un 30 y 60 por ciento de la población es meteorosensible. Especialmente las mujeres, por una cuestión hormonal, y las personas mayores, por tener más probabilidades de tener patologías. Algunas personas más sensibles pueden sufrir hasta ciertos grados de dolor.

La explicación a este fenómeno se debe a la ionización del aire, un factor ambiental invisible. Los átomos que nos rodean tienen una carga eléctrica neutra, pero se pueden convertir en iones negativos o positivos al perder o ganar electrones. Los iones negativos están vinculados con un mejor estado de salud física y emocional. Lo contrario pasa con los iones positivos, que perjudican al estado físico y mental provocando dolores de cabeza, trastornos de ansiedad e insomnio.

Hay gente capaz de predecir un cambio atmosférico al sentir algún síntoma en ciertas partes del cuerpo como las articulaciones, por ejemplo. Los cambios de presión atmosférica, como un anticiclón o borrasca, pueden afectar a las enfermedades reumatológicas influyendo sobre síntomas como la artrosis y artritis reumatoide. Ciertas personas pueden sentir en el cuerpo dichos cambios atmosféricos hasta dos días antes de su llegada.

En esta parte del sureste español el factor atmosférico predominante es el calor, seguido de la humedad, para los que viven cerca de la costa. La exposición a temperaturas muy elevadas puede causar problemas cardiovasculares, deshidratación, problemas dermatológicos y calambres, pero pueden también afectar a la salud mental. Algunas personas se sienten más apáticas o irritables, la agresividad se puede exacerbar.

Finalmente, hay otro elemento invisible que nos rodea a todos, y de hecho afecta a la salud de 9 de cada 10 personas. Se trata de la contaminación atmosférica. Causa cuatro millones de muertes al año en todo el mundo y puede reducir nuestra

esperanza de vida hasta unos ocho meses. Es mayor en zonas urbanas por el tráfico rodado o en los alrededores de ciertas actividades industriales y petroquímicas, pero nos puede alcanzar también en zonas rurales por lasquemas agrícolas o en épocas de calima.

Si usted se encuentra en el grupo de personas más sensibles, una dieta equilibrada y ejercicio regular le ayudarán a mitigar los síntomas. Si no es suficiente, su médico de cabecera le puede ayudar a encontrar soluciones.