En 1948, la Primera Asamblea Mundial de la Salud propuso que se implantara un día para conmemorar la fundación de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Desde entonces, el Día Mundial de la Salud se celebra cada 7 de abril.
El objetivo de la OMS es mejorar la salud de las personas en todo el mundo. Luchando contra enfermedades, velando por la salubridad de alimentos, medicamentos y vacunas. Ha conseguido hitos como la erradicación de la viruela (una enfermedad que se cobró unos 300 millones de vidas sólo en el siglo XX), además de tomar la iniciativa frente a las grandes emergencias sanitarias como el ébola. Al menos la mitad de las personas en todo el mundo siguen sin tener acceso a una atención sanitaria de calidad. Con la pandemia del covid-19, se han puesto de relieve las grandes desigualdades entre países.
Con la conmemoración del Día Mundial de la Salud, también se quiere destacar el papel fundamental de los profesionales del sector sanitario. Cada vez que acudimos a una cita médica, ya sea en un centro de salud o en un hospital, recibimos la atención de personal sanitario, enfermeros y doctores que han elegido dedicarse a esta profesión, nunca fácil y, en ocasiones, muy complicada, como en época de coronavirus.
La mayoría de las enfermedades actuales están relacionadas con nuestro estilo de vida: problemas cardiovasculares, respiratorios y de tipo psicológico, como la depresión, que pueden ser reflejo de hábitos poco beneficiosos para nuestra salud. No está de más, por tanto, dedicar unos minutos a reflexionar y decidirnos a cuidar de nosotros con gestos como seguir una dieta equilibrada, beber menos alcohol, eliminar el tabaco, vacunarnos y unirnos a actividades físicas, especialmente en grupo.
El Día Mundial de la Salud no debería ser sólo algo para conmemorar cada 7 de abril. Se trata de concienciarnos y adoptar una forma de vida saludable para reducir los costes de la sanidad a nivel mundial y, sobre todo, aumentar la esperanza de vida y mejorar su calidad.
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